El Puente Atirantado: origen y descuido
A principios del presente siglo surgió en Nuevo León un proyecto urbanístico que a muchos maravilló y que a otras más molestia causó, se trata del Puente Atirantado, también llamado “Puente Viaducto de la Unidad”.
La polémica
Este proyecto surgió por iniciativa del Gobierno estatal encabezado por Fernando Canales y continuado por Fernando Elizondo, gobernador interino, quien tomó el poder cuando Canales ocupó la Secretaría de Economía.
Desde que se presentó la idea de construir un puente que conectara a los municipios de Monterrey y San Pedro, a través de las avenidas Rogelio Cantú y Humberto Lobo, surgieron controversias por diversas cuestiones.
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Se criticó el alto costo que implicaba un puente atirantado, ya que un puente tradicional de seis carriles saldría más barato que este de cuatro carriles.
Y es que se consideraba un capricho la característica “atirantada”, tomando en cuenta que el puente no es tan largo como los de otras ciudades que sí requieren este tipo de ingeniería.
Múltiples debates se realizaron y hubo gran oposición por parte de urbanistas y activistas sociales, sin embargo el proyecto se autorizó y fue inaugurado el 28 de septiembre de 2003.
Datos técnicos de la obra
– El diseño fue realizado por el arquitecto Daniel Tassin.
– Tuvo un costo de 570 millones de pesos.
– La construcción tardó en realizarse un año y tres meses.
– Se usaron 26 mil metros cúbicos de concreto y 3 mil 500 toneladas de acero.
– El Viaducto de la Unidad tiene una longitud total de 305 metros.
– El mástil del puente mide 155 metros de altura.
– La estructura cuenta con 13 pares de tirantes.
– Los tirantes están conformados por cables de 15.7 milímetros de diámetro, cada uno compuesto por siete hilos de acero galvanizado, los cuales se encuentran al 45 por ciento de su capacidad.
El abandono del Puente Atirantado
El tiempo pasó y el puente fue dejado en en el olvido. Las administraciones municipales de Monterrey y San Pedro, y el Gobierno estatal, simplemente se lavaron las manos y se “echaron la bolita”, mientras que el atirantado fue sufriendo el paso del tiempo.
Graffitis, vandalismo y la evidente falta de mantenimiento fueron patentes.
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¿El rescate?
Tras dimes y diretes, finalmente a finales de abril se arrancó con el mantenimiento del Puente Atirantado, el cual correrá a cargo del municipio de San Pedro.
Dicho proceso consta de 3 etapas, primeramente se realizarán labores de limpieza, posteriormente se cambiará por completo el sistema de iluminación y después se le dará mantenimiento al mástil de la estructura.