Confirma Greenpeace alta contaminación en Monterrey
El organismo internacional Greenpeace realizó ayer un estudio para evaluar en qué condiciones se encuentra el aire que respiramos en Monterrey y no hay novedad: se confirma que estamos inhalando aire sumamente contaminado.
Este monitoreo forma parte de una serie de estudios que Greenpeace hace en siete ciudades del país: Puebla, Pachuca, Querétaro, Toluca, Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México.
El monitoreo se realizó en la avenida Madero, en el tramo comprendido entre la avenida Gonzalitos y la calle Julián Villagrán (tramo de 3 kilómetros), usando para ello un equipo portátil que detecta la concentración de partículas PM2.5 (menores a 2.5 micras) y otros contaminantes.
Se hicieron tres mediciones: en recorrido en coche, bicicleta y a bordo de un camión de transporte urbano.
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Las concentraciones detectadas en el transporte urbano se encontraron entre los 40 y 58.6 microgramos de PM2.5, mientras que en el traslado en automóvil fue de entre 40 y 42 microgramos y en bicicleta de entre 40 y 52 microgramos.
“Los resultados en realidad no mejoran con respecto a lo que observamos el año pasado, sigue habiendo concentraciones muy elevadas de material particulado”, señaló Pablo Ramírez, líder de la campaña Revolución Urbana auspiciada por Greenpeace México, precisando que llegaron a detectar “picos de casi 60 microgramos (de PM2.5) por metro cúbico”.
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Esto contrasta con lo establecido en la Norma Oficial Mexicana 025 de la Secretaría de Salud, normativa en la que se indica un límite de 45 microgramos por metro cúbico de partículas PM2.5 como promedio en un lapso de 24 horas.
Lo registrado en Monterrey también se encuentra por encima de los 25 microgramos por metro cúbico de partículas PM2.5 en el aire, establecido por la Organización Mundial de la Salud.
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“Es decir, en todo el recorrido estuvimos por arriba de la recomendación internacional y cerca o por arriba de la Norma Mexicana, de por sí muy permisiva”, recalcó Ramírez.
La alta concentración de estas partículas se debe no solo al alto padrón vehicular que circula por la zona metropolitana de Monterrey, sino también a la gran actividades industrial que en la ciudad se realiza.
Las partículas PM2.5 son consideradas como el contaminante más peligroso, ya que debido a su diminuto tamaño ingresan al cuerpo y no pueden ser filtradas, por lo que se distribuyen por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo, provocando diversos padecimientos.