La famosa Cueva de los Murciélagos
En el municipio de Santiago, Nuevo León, se encuentra un lugar muy particular que no solo maravilla por su forma y riqueza natural, sino por ser un espacio de gran importancia ecológica: la Cueva de los Murciélagos.
También conocida como “Cueva de la Boca” o “Cueva de Agapito Treviño”, este espacio natural se encuentra a espaldas de la cortina de la Presa de La Boca, en una zona montañosa de gran diversidad.
Al contemplarla impacta de inmediato su extraña entrada, ya que su particular forma rectangular aparenta haber sido construida por el hombre.
En torno a ella hay varias leyendas. Que fue (o es) el hogar del llamado Hombre Pájaro, un ser cuya presencia se ha reportado en los aires del sur de Monterrey (aunque obviamente nunca ha sido confirmada). Pero también se ha dicho que en ese lugar guardaba sus botines Agapito Treviño, “Caballo Blanco”, un famoso asaltante que fue fusilado el 24 de julio de 1854.
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Pero esto no es lo verdaderamente importante de la Cueva de los Murciélagos, sino su gran importancia ecológica.
Y es que es el hogar de varias especies de murciélagos, animales que por desgracia poseen mala fama, a pesar de ser claves dentro del equilibrio ecológico que debe prevalecer.
Estimaciones de científicos indican que dentro de este espacio habitan en época de verano hasta 5 millones de murciélagos de la especie Tadarida brasiliensis, la cual es vital, tomando en cuenta que se alimentan únicamente de insectos.
Un millón de murciélagos de este tipo llegan a consumir en conjunto hasta una tonelada de mosquitos cada noche. Esto, como se mencionó líneas arriba, genera un equilibrio ecológico y la eliminación de plagas, entre otros beneficios.
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El acceso al lugar está por el momento impedido, ya que se siguen haciendo labores de investigación y se busca evitar accidentes o que se causen daños a la cueva o las especies que ahí se alojan.
Así que si llegas a pasar cerca de este lugar ya sabes que no estás frente a una cueva común, sino frente a un lugar majestuoso e indispensable para la salud de nuestro ecosistema.