Tal parece que todos los niveles de Gobierno optan por el camino fácil al momento de combatir la contaminación.
La “presa fácil” (por llamarle de alguna manera) siempre es la ciudadanía.
Aspectos como la verificación vehicular y mecanismos similares son la respuesta más empleada por las autoridades estatales para hacerle frente a la contaminación, dejando de lado a las principales fuentes contaminantes: las industrias.
Esto mismo está pasando en Nuevo León, en donde la verificación vehicular es prácticamente inminente, siendo impulsada por el Gobierno del Estado y respaldada por el grupo de diputados locales del PAN.
Es decir, se culpa a los ciudadanos por los terroríficos niveles de mala calidad del aire que se viven en Monterrey y se les aplica el trámite de verificación vehicular, pero ¿y las industrias?
En la capital de Nuevo León se ha detectado que los niveles más altos de mala calidad del aire se han registrado después de las 22:00 horas, es decir, no son achacables al parque vehicular.
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En tanto, el Gobierno estatal no ha formulado un plan integral para hacerle frente a la creciente situación y hace como que no ve, siendo que la misma ciudadanía le pone nombre en redes sociales a las empresas que más contaminan, incluyendo los horarios en los que se observa mayor emisión de sustancias al ambiente.
Por su parte, el gremio industrial no tiene mucha voluntad por hacer algo al respecto.
Como muestra basta con ver la postura de la Cámara de la Industria de la Transformación (Caintra), ya que su Presidente, Juan Garza Herrera, reconoció que no hay plan integral para reducir emisiones contaminantes.
“Tenemos años trabajando con las autoridades para ver la mejor manera de mover las cargas. Como sabemos es un problema, como lo es el número de carros. Tenemos que movernos en diferentes horarios, las industrias están de acuerdo”, declaró el empresario.
Es decir, la postura de la Cámara es considerar que la problemática de mala calidad del aire en Nuevo León se debe únicamente a la cuestión vehicular, dejando de lado las fuentes contaminantes fijas.
Este posicionamiento refleja una total falta de intenciones reales por cambiar las cosas.
Por su parte, el Gobierno no levanta la voz y la situación continúa agravándose.
Ojalá pronto podamos volver a tener ese cielo azul que nos permita contemplar nuestro Cerro de la Silla.